Foto captura sitio web http://www.fundacionavon.org.ar/

El cáncer de mama registra anualmente 1,38 millones de nuevos casos. La detección oportuna aumenta la esperanza de vida para quienes lo padecen.

Lina Hinestroza tiene 45 años, 25 años junto a su esposo, 18 años de casada y madre de tres hijos adolescentes. Desde hace un año, aproximadamente, descubrió que padecía cáncer de mama en etapa inicial infiltrante, que en términos coloquiales podría definirse como la presencia de tumores sin límites definidos.

Se sabe que Lina producía nódulos (agrupación de células) permanentemente. Los retiraban en cirugía cada año y el dictamen era “fibroadenomas benignos”. Así que nunca mostró preocupación pese a tener antecedentes genéticos: tres primas y una hermana padecieron la enfermedad. “Pensé que aunque algunas mujeres de la familia tuvieron el cáncer, nunca me pasaría, porque siempre he sido muy saludable, hago ejercicio, me alimento sanamente y llevo una vida tranquila. Lejos de imaginármelo”, aseguró.

De forma inexplicable, su esposo, ginecólogo, despertó cierta ansiedad para que ella asistiera a un control médico y así verificará el estado de sus senos. A partir del primer examen se empezó a indagar por un cáncer de mama, que finalmente resultó positivo, tras el análisis de una muestra de tejido de 50 milímetros.

Recibir la noticia no fue fácil. “Pensé que mi esposo me iba a dar un regalo, en lugar de semejante información. Pero su apoyo ha sido infinito. He manejado el tema con mucha tranquilidad, es una realidad que no puedo cambiar y de la que no me voy a lamentar. La acepto porque llegó a mi vida para darle la cara y enfrentarla”, cuenta.

Luego de numerosos exámenes, Lina se sometió a un largo tratamiento con la extirpación de un cuarto de la mama, quimioterapia, radioterapia y finalmente, la mastectomía (término médico para la extirpación quirúrgica de una o ambas mamas de manera parcial o completa).

“He tenido muchos cambios físicos y emocionales, además de varias cirugías, el pelo se me cayó, la piel se tornó más delgada y opaca, me da más sueño, el gusto me cambió porque los alimentos no los saboreo igual, se me deterioraron la vista, las articulaciones, los músculos y el sueño; aumentó la angustia y la ansiedad y, mi autoestima disminuyó”, explicó.

Afortunadamente, la enfermedad fue detectada en fase inicial y ya la superó. Pronto le cambiarán las prótesis mamarias, ya que le reconstruyeron el seno y a través de una cirugía, le retirarán los ovarios. Aunque agradece la oportunidad de tener la enfermedad para aprender a valorar más a su familia y las cosas ‘sencillas’ de la vida, espera no recaer y seguir trabajando para prevenir la enfermedad.

Actualmente, lidera la campaña Modo Rosa que pretende recoger recursos para trabajar con fundaciones que apoyen el tratamiento de mujeres con cáncer de mama.

Como Lina existen miles de hombres y mujeres que son diagnosticados con la patología. Se cree que 1 de los 10 cánceres de mama, lo padecen hombres. Sin embargo, según datos de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, este es el tipo más común entre mujeres, después del cáncer de piel, y es la tercera causa principal de muerte por esta enfermedad, después del cáncer de cuello uterino y gástrico en el país.

Se estima que durante este año serán diagnosticadas aproximadamente 6500 mujeres con cáncer invasivo y la posibilidad de que ellas la desarrollen es de 1 en 16. A su vez, la posibilidad de perder la vida por causa de esta enfermedad es de 1 en 50.

Según Carlos Castro, subdirector de la Liga Colombiana contra el Cáncer, el cáncer de mama “es un tumor maligno que se da en las células del seno, se da en hombres y mujeres. En el caso de ellas, el seno está formado por glándulas mamarias o productoras de leche (lobulillos), conductos (pequeños tubos que conectan los lobulillos al pezón), tejido adiposo y conectivo, vasos sanguíneos y vasos linfáticos. La mayoría de los cánceres del seno comienzan en los conductos (carcinoma ductal), algunos inician en los lobulillos (carcinoma lobular), y el resto se origina en otros tejidos”.

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El doctor Castro asegura que no existe una causa exacta que desencadene la enfermedad. Sin embargo, con el tiempo se han determinado algunos factores que pueden estar asociados como el hecho de ser mujer, ya que es 100 veces más común entre las féminas. La edad aumenta las posibilidades, a medida que avanza; antecedentes genéticos, que inciden hasta en un 80 por ciento; antecedentes personales, una mujer que ha padecido cáncer de seno tiene más probabilidades de desarrollar uno nuevo en el otro seno o en otra parte del mismo seno.

Se cree que mujeres de raza blanca tienen un poco más de riesgo de padecerla, así como quienes se desarrollaron antes los 12 años o recibieron la menopausia después de los 55 años.

Tratamiento

Según el doctor Alejandro Orozco Plazas, cirujano mastólogo, para tratar un cáncer de mama intervienen especialistas de múltiples especialidades: oncólogo, mastólogo, cirujano plástico, genetista, nutricionista, rehabilitación, psicología oncológica, entre otros. Cada caso de cáncer es distinto; aunque lleva el mismo nombre tiene variables diferentes y pueden ser de 50 a 100 escenarios los que se deben estudiar para atacarlo.

En términos generales, se puede decir que para erradicar esas masas malignas se emplea quimioterapia, a través de medicamentos que se pueden administrar con inyecciones intramusculares, subcutáneas, en una arteria, vena o píldoras; hormonoterapia, en la que se se suministran algunas hormonas para reducir el incremento del riesgo de cáncer de mama; radioterapia, que, a través de radiaciones, destruye las células cancerígenas.

El seno se retira cuando el cáncer está localmente avanzado y mide más de 5 centímetros, compromete ganglios y/o piel. También, cuando se presentan tumores multicéntricos, es decir, tienen varios focos.

Según el doctor Orozco, generalmente se puede hacer reconstrucción inmediata del seno retirado. Sería lo ideal. Habrá situaciones en las que se prefiere hacer un seguimiento oncológico y esperar un tiempo para hacer la intervención, sucede especialmente en casos en que la enfermedad está muy avanzada.

¿CÓMO SABER?

> El cáncer de mama inicialmente ataca de manera silenciosa. El síntoma principal es la presencia de una masa extraña en el seno; en menos del 5 por ciento de los casos se genera dolor; hundimiento en la piel del seno o del pezón; secreción de sangre en el pezón. Generalmente, es detectada por los especialistas a través de las mamografías (solo en el caso de ellas). Sin embargo, es importante que los hombres toquen frecuentemente su pecho y las mujeres realicen su autoexamen a fin de obtener diagnósticos más tempranos y oportunos.

El autoexamen

> Se debe realizar una vez al mes, 10 días después de la llegada del periodo menstrual. Frente al espejo, las mujeres deben examinar su pecho, se debe levantar un brazo y con el otro, palpar minuciosamente el seno contrario y prestar atención a posibles alteraciones. Luego se cambia de brazo y se repite la operación. Puede hacerlo también en la ducha con agua y jabón para que la mano resbale. Otra opción, es acostada o aplicándose alguna crema para que mejore el tacto.


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