Según informe revelado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) la evolución del desempleo en Colombia para lo que va corrido del siglo XXI puede calificarse como satisfactoria; sin duda esto es una gran noticia debido al aumento de la tasa de ocupación al interior del país que naturalmente genera un incremento en el ingreso de las familias, y por tanto del consumo que se asocia con mayor bienestar y producción.

De la misma manera, no se puede desconocer que una de las formas de ocupación dentro de la economía es el subempleo.

Este fenómeno hace relación a aquellas personas que, si bien están ocupadas (teniendo presente que la ocupación no lleva implícita una remuneración por la labor realizada), la actividad que desempeñan no es suficiente por alguna de las siguientes razones:

1. No trabajan el tiempo suficiente (por ejemplo las personas que trabajan medio tiempo);
2. Desempeñan un oficio que no está en concordancia con su preparación académica y por ende no aprovechan la totalidad de sus competencias.
3. No reciben una remuneración adecuada.

Fuete: Elaboración propia con datos tomados de www.dane.gov.co

Para el caso colombiano, el Departamento Nacional de Estadística (DANE), ha definido que el subempleo en el país se divide en dos vertientes: la primera es el subempleo objetivo, que se refiere a aquellas personas que manifestaron su inconformidad e hicieron algo en la semana de referencia para cambiar de empleo; y, la segunda vertiente, es el subempleo subjetivo, en la cual, aunque las personas manifestaron su inconformidad, no han realizado ninguna acción para mejorar su situación.

Adicionalmente, al analizar la evolución del subempleo a nivel nacional, se observa que en los últimos tres años ésta ha permanecido constante, haciendo parte de estas cifras, en primer lugar, personas con ingresos inadecuados, las cuales se traducen en un tercio del total de ocupados. En segundo lugar, se encuentra que la quinta parte de las personas ocupadas no están desarrollando un empleo adecuado para sus capacidades, lo cual no puede pasarse por alto, ya que esto significa que la fuerza laboral no está siendo usada eficientemente. En tercer lugar, la décima parte de los ocupados dedican a sus actividades un tiempo insuficiente. Finalmente, se tiene que las dos quintas partes de la población ocupada del país, se sienten insatisfechas por alguno de los tres motivos expuestos.

De manera general, el fenómeno del subempleo como se viene explicando, puede atribuirse a: i) la flexibilidad en las normas laborales y en las formas de contratación por parte de los empresarios; ii) las escuelas de capacitación no han identificado las verdaderas necesidades del mercado, sumado a que muchas personas aún piensan que las carreras tradicionales son las que mejores ingresos pueden proveer, generándose así excesos de oferta en ciertos sectores de la economía.

Ahora bien, debemos preguntarnos si las PYME son causantes del subempleo, o si por el contrario, muchas personas al encontrarse insatisfechas con su empleo, buscan el emprendimiento como una forma de escape para esta situación.
Ante este interrogante, se debe resaltar que la calidad del trabajo y la percepción de ésta por parte de los empleados están altamente correlacionadas con el emprendimiento. Es claro que todos los trabajadores buscan mayores niveles de bienestar, y excepto aquellas personas que trabajan en empresas en las que cuentan con todas las prestaciones sociales vigentes en la legislación nacional, siempre sueñan con “tener su propio negocio”, el cual les permita disponer de sus propios recursos y administrar su propio tiempo, al igual que mejorar su bienestar y el de su familia.

Así, tenemos que la insatisfacción de la población que engrosa las cifras del subempleo, se relaciona directamente con la incapacidad de los sectores público y privado para generar empleos de calidad, y nos permite concluir que el emprendimiento es una de las mayores consecuencias del subempleo.

De esta manera, el emprendimiento puede convertirse en una solución del subempleo, siempre y cuando las condiciones del país y de la legislación laboral permitan que los nuevos empresarios puedan generar empleos de calidad; aunado a que el emprendimiento se debe realizar por convicción de los nuevos empresarios y no por la necesidad que los lleva a crear empresa, lo cual conllevaría inevitablemente a una réplica de subempleo.

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Especialista en Derecho Empresarial
Magister en Economía Aplicada
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Redacción Minuto30

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