El Consejo de Seguridad de la ONU condenó «la serie de violentos ataques contra embajadas e instalaciones consulares de Estados miembros en múltiples lugares», en una declaración difundida hoy aquí.

La denuncia subraya ese repudio en los términos más enérgicos y expresa la profunda preocupación de ese órgano de 15 miembros ante las acciones registradas en los dos últimos días en numerosos países.

Las protestas comenzaron el pasado martes en la ciudad de Bengasi contra la sede del consulado de Estados Unidos, un asalto en el que resultaron muertos el embajador norteamericano en Libia, Christopher Stevens, y otros tres diplomáticos.

Las demostraciones repudian la producción de una cinta estadounidense titulada La inocencia de los musulmanes, considerada una ofensa al Islam y el profeta Mahoma.

En su comunicado, el Consejo de Seguridad recuerda «la naturaleza pacífica de los predios diplomáticos» y asegura que sus funcionarios tienen como objetivo la promoción de un mejor entendimiento entre los países y culturas.

Agrega que los ataques contras esas instalaciones son injustificables, sin importar sus motivaciones, ni dónde ni por quién sean cometidos.

Finalmente, reitera los principios fundamentales de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas y consulares y la obligación de los gobiernos de protegerlas y de prevenir la alteración de su tranquilidad.

En solo cuatro días la ola de manifestaciones antinorteamericanas alcanzó a más de una decena de países, entre ellos Egipto, Yemen, Marruecos, Sudán, Túnez, Bangladesh, Sri Lanka, Afganistán y Reino Unido.

La víspera, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, denunció el uso de la libertad de expresión para provocar la intolerancia y el derramamiento de sangre, al condenar el filme producido en Estados Unidos.

La explotación de la ira de las personas solo alimenta la recriminación y la violencia sin sentido, dijo el titular de Naciones Unidas, quien al mismo tiempo criticó las acciones violentas registradas en el mundo.

Ban Ki-moon calificó de aborrecible la película, «diseñada para sembrar la cizaña de la intolerancia y el derramamiento de sangre».

Por su parte, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, dijo que el documental es malicioso y deliberadamente provocativo.

El material refleja una imagen vergonzosamente distorsionada de los islamistas, apuntó la funcionaria en una declaración emitida en Ginebra.

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Redacción Minuto30

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