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El jefe negociador del Gobierno colombiano en los diálogos con las Farc, Humberto de la Calle, lamentó la muerte de ocho policías y militares en acciones guerrilleras en diferentes regiones del país y subrayó que evitar más derramamiento de sangre es el objetivo de las conversaciones de paz en Cuba.

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Al «lamentar la muerte de varios uniformados por acciones de la guerrilla», de la Calle aseguró «que el propósito de las conversaciones es que esto no se repita».

«La razón de ser de la mesa de conversaciones es el fin de la guerra. Como ha dicho el presidente (Juan Manuel) Santos, el corazón del proceso son las víctimas. Las que ya han sufrido pero también las que tenemos el deber moral de evitar», manifestó el funcionario.

El Ejército confirmó que en la madrugada de este viernes murieron cinco soldados, otros cinco sufrieron heridas y uno desapareció en un combate con guerrilleros de la columna móvil Jacobo Arenas y el sexto frente de las Farc en Santander de Quilichao, en el departamento del Cauca.

Según el Ejército, los soldados del Batallón de Infantería No.8 ‘Batalla de Pichincha’ estaban en «operaciones militares ofensivas» cuando se produjo el combate en la zona rural de San Pedro, perteneciente a Santander de Quilichao.

Por su parte, la Policía informó de que tres miembros de esa institución murieron en un ataque en el municipio de Toledo, en el departamento de Norte de Santander.

Estos ataques se producen justo el día antes de que comience el alto el fuego unilateral indefinido declarado por las Farc el pasado miércoles en La Habana, en el cierre del último ciclo de negociaciones de paz del año.

En su declaración, de la Calle no se refirió al alto el fuego que debe empezar mañana, pero sí reconoció el gesto de las Farc de aceptar por primera vez su responsabilidad en la masacre de Bojayá, Chocó, en la que murieron 79 personas en mayo de 2002, como lo había hecho ayer el presidente Santos.

«Hoy quiero expresar un sincero reconocimiento al acto inédito en el que las Farc ofrecieron disculpas públicas a las víctimas de la tragedia de Bojayá y anunciaron medidas reales que contribuyan a la verdad y la reparación de las víctimas de ese doloroso hecho», manifestó el jefe negociador.

Según de la Calle, «este gesto tiene un enorme significado» pues «ocurre en medio de las discusiones sobre el desescalamiento del conflicto y precisamente al término de las cinco visitas de víctimas a La Habana», donde participaron en audiencias con los negociadores del Gobierno y la guerrilla.

La matanza de Bojayá ocurrió cuando una bomba lanzada por las Farc cayó en la iglesia del pueblo, donde se habían refugiado sus habitantes en busca de protección durante un combate de la guerrilla con grupos paramilitares por el control de accesos al río Atrato para el tráfico de armas y drogas. Bogotá, 19 dic (EFE).

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