Por: Eliana Katherine Gómez Mejía

Desde el respeto a las libertades individuales, el libre desarrollo de la personalidad, la dignidad humana, el reconocimiento de los derechos civiles, políticos y sociales de la mujer, así como, el reconocimiento de los derechos a las parejas del mismo sexo, son situaciones que podrían entrar en juego en un nuevo mandato del actual Procurador.

Por: Eliana Katherine Gómez Mejía

En un caso hipotético, el actual jefe del Ministerio Público, si partiéramos de sus posturas subjetivas y ultraconservadoras, propendería porque la mujer se quedará en casa, dedicada al hogar y a cuidar a los hijos, nada de decidir sobre su cuerpo, nada de ascender socialmente por sus propios medios y méritos, nada de buscar la autorrealización personal  y si habláramos de las parejas del mismo sexo, Dios mío, sería una aberración.

La Corte Constitucional Colombiana avanzó progresivamente en lo concerniente a temas socialmente espinosos, que hoy por hoy están más que en los últimos tiempos en la palestra pública, sobretodo como son el caso del aborto, el cual en la sociedad nuestra esta despenalizado en tres casos,  (malformación del bebé, producto de una violación o cuando está en riesgo la vida de la madre) y el matrimonio homosexual, como un reconocimiento a los derechos fundamentales.

Cada quien es libre de decidir sobre su cuerpo y sobre su vida;  el aborto no es el problema de la reelección del Procurador, uno de los  problemas es que en el caso de la mujer, esté hace parte del reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, que se encuentran protegidos por la legislación internacional de derechos humanos y otros documentos de Naciones Unidas.

Qué pensará el funcionario público cuándo escucha hablar del reconocimiento del placer, el cuerpo como fuente de bienestar, expresiones eróticas, el lenguaje del erotismo, derechos a la intimidad, igualdad entre los sexos, valoración de la diversidad y construcción de ambientes pluralistas de respeto; sin duda alguna para él sería o es una sinvergüenzada, medida por el rasero de su doble moral que le cambia, o se le acomoda de acuerdo a las realidades políticas que afronta, en últimas hay que elegir lo más conveniente.

Pero eso no es todo mis queridas y queridos lectores, la mayor preocupación o problema es darle más poder al personaje, que tiene aspiraciones políticas próximas y de alta envergadura, hagamos el ejercicio de imaginar a Alejandro Ordoñez Maldonado como Presidente de nuestra amada República, unitaria descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general; que pesadilla!

Todo lo anterior sin detrimento de las prácticas clientelistas que evidentemente el respetado y bien ponderado jefe del “Ministerio” Público, ha reconocido, pasando desde el Congreso de la República hasta la Corte Suprema de Justicia.

Pero un momento, no podía terminar esta columna sin antes mencionar el proceso que posiblemente se inicie de la legalización de la droga, si Petro se la fumo verde con los CAMAD. Y ni que decir del proceso de paz (ojalá se logré), ¿qué se puede esperar del discurso guerrerista de la derecha que enarbola este personaje?

*Analista Política | Asesora en Juventud y Género.

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Redacción Minuto30

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