Tomada de Internet.

El miedo, la falta de solución a los problemas o desacuerdos, son a veces los responsables de que sintamos rabia. Normalmente es un mecanismo de defensa, pero podemos aprender a controlarla.

Tomada de Internet.

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Entre los sentimientos que manejamos cuando tenemos rabia están presentes la indignación, dolor, tristeza, rabia, odio, impulsividad por mencionar muchas emociones que se apoderan de nosotros, afectando lo que somos realmente.

Estos son los 8 pasos que debemos seguir:

1. Evitar que la ira crezca. No podemos permitir que nuestra mente se enfrasque en el problema, porque cada vez la rabia será mayor y terminará dominándonos.

2. Hay que reconocer las emociones para poder proceder en el control sobre ellas.

3. Si no hay buena actitud es mejor esperar. Si no estamos en actitud de reconciliación, es preferible retirarse prudentemente del conflicto y esperar que los sentimientos vuelvan a estabilizarse para no actuar bajo los impulsos.

4. Hacer uso de buenas palabras. Al recurrir al positivismo por medio de palabras afectuosas, edificadoras y comprensibles lograremos que el fuego de la ira se apague.

5. Aceptar la caída como oportunidad de crecimiento. Si reconocemos las dificultades que tenemos, nos daremos cuenta que es una oportunidad de enfrentamiento con nosotros mismos para superarnos y fortalecernos. Es un reto, no un castigo.

6. No caer en el murmullo. Juzgar a los demás creará en nosotros un sentimiento odioso y envidioso a la vez, evitarlo nos alejará de caer en la rabia.

7. El orgullo no trae nada bueno. Creyéndonos superiores o merecedores, lo que vamos a lograr es terminar solos.

8. El perdón es la mejor cura. Es el remedio contra el orgullo y el alimento de la humildad, aliado del entendimiento y la amistad.

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